Una carta de mi yo del presente, a mi yo embarazada.

No sabí´ na´ lo que se te viene!

Como te dijo una de tus mejores amigas, el parto es la parte fácil, la lactancia es lo “bueno”, es lo que más cuesta, pero no dijo nada más y en aquel entonces no me resonaron sus palabras y ahí lo dejé.

Pero cuanta razón tenía, no estaba nada preparada! Cuanto dolor, angustia, pena, miedo, desesperación, soledad, desinformación, desconfianza de mi capacidad de ser madre, una montaña rusa de emociones sentía los primeros días, entre las horas sin dormir, grietas en los pezones, mastitis recurrentes, falta de red de apoyo (tribu) por concepto de pandemia, me hacían sentir como en un callejón sin salida.

Ahora, habiendo recorrido un largo y pedregoso camino te diría: escúchate, sigue tu instinto, si recibes exceso de información filtra con tus sentidos, con tu corazón y no tanto con tu cabeza, pide ayuda a tu tribu, suelta los juicios y los prejuicios, que nada bien hacen, solo te atormentan y confunden más. También para tu tranquilidad quiero decirte, que no hay mal que dure cien años, esto pasará y llegará el momento donde te sientas segura, empoderada y conectados en uno solo con tu guagüita, con Bruno, ambos serán cómplices y disfrutarán de la lactancia, solo sigue tu instinto.

Mamá de Bruno, 5 meses